las emociones positivas, no sólo son posibles, sino que lejos de depender de la suerte y de los genes pueden cultivarse identificando y utilizando muchas de las fortalezas y rasgos que ya se poseen. Aplicando estas “fortalezas personales” en los ámbitos cruciales de la vida,
La Psicología Positiva. En lugar de centrarse, como la psicología tradicional, en el estudio y tratamiento de la enfermedad mental dirige su atención a las fortalezas humanas, a aquellos aspectos que nos permiten aprender, disfrutar, ser alegres, generosos, serenos, solidarios y optimistas.
La autentica felicidad estriba en que al identificar lo mejor de nosotros mismos y desarrollar esos aspectos, podemos mejorar sensiblemente nuestra vida y la de cuantos nos rodean.