lunes, 26 de marzo de 2012

AUTOBIO




Nací un día de abril muy cerca del valle donde habitan los pájaros. Reconocer sus nidos y visitarlos para ver si habían nacido los polluelos era uno de mis juegos. Mi padre era pastor de cabras y de ovejas. A veces cuando subía a las encinas para ver los nidos jugaba a que vivía en la ciudad en un piso alto, otras veces la encina era el escenario desde el que yo actuaba (quería ser artista). Muchas veces hacia pis desde una rama alta, para imitar a los chicos, me gustaba hacer arco. No pude ir al colegio, tan solo fui un año cuando tenia siete.

Con diez años me consideraban mayor, acompañaba a mi madre a lavar la ropa al rió, yo lavaba las cosas mas pequeñas ya que las otras no me cabían entre las manos. Tenía que hacer las tareas de la casa y casi no tenia tiempo para jugar. De esta manera es como me acostumbré a pasear de noche sola o en compañía de un perro en medio del valle. De noche nadie me reclamaba para hacer ninguna tarea. Contemplaba las puestas de sol y el nacer de la luna, y casi a oscuras empecé a escribir versos, y empezaron a crecer mis sueños. De Noche a solas fingía estar en la ciudad, en mi fantasía estudiaba, escribía, actuaba… y no estaba sola, tenía amigos imaginarios.

Dejé de sentirme libre allí en la inmensidad de los valles. Quería salir de allí, no quería la vida que preparaban para mí, la que siempre había sido. Ser ama de casa, criar hijos y “asistir” a un marido machista por regla general.

No con poca oposición, conseguí venir a Madrid. Mi trabajo durante varios años fue el de empleada de hogar (al principio interna). Ya ha pasado unos años de eso, Ya hace años que deje de ser empleada de hogar. Estudiar es un sueño que se me ha cumplido, siempre estudiando y trabajando a la vez.

Tengo otro origen, volví a nacer un 14 de abril ¡otra vez en abril! Hace unos años, en un quirófano. Pero esa es otra historia para otro día.


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